Resumen generado por IA

Merced invierte la lógica del cuerpo como instrumento de poder estatal. Al tenderse bajo las llantas de una tanqueta durante el cambio de guardia presidencial, Santisteban no busca la victimización sino la exposición de una complicidad estructural. La obra rechaza la retórica de la resistencia heroica para revelar el servilismo como condición normalizada. El gesto radical reside en su vulnerabilidad calculada: el cuerpo como superficie donde se inscriben las contradicciones de una élite que negocia con gobiernos delincuenciales mientras ignora derechos humanos fundamentales. Merced desafía la comodidad del espectador al presentar la sumisión no como fracaso individual sino como síntoma de una patología política colectiva.