Ñuqaykuqa, 2024 / 2025 (curaduría y producción: Fidel Barandiarán)
Emilio Santisteban
Artista peruano de performance

Nosotros (ante ustedes) no valemos.
Adolecemos de sentido.
Nada aportamos.
Carecemos de lugar.
Pero ¿quién es "nosotros"? ¿Ustedes tal vez?
Ñuqaykuqa (2024 / 2025)
Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural (Perú), de la Fiesta Nacional (España), de la Raza (Argentina, Honduras, Panamá), del Descubrimiento (Bahamas), del Descubrimiento de América (Chile), del Recuerdo de Gratitud y Admiración al Descubridor del Nuevo Mundo, Cristóbal Colón (El Salvador), de Colón (EEUU), de Encuentro de las Culturas (Costa Rica), de la Hispanidad (Guatemala), día Panamericano (Belice), de la Diversidad Cultural (Uruguay), de la Diversidad Étnica y Cultural de la Nación (Colombia), de la Identidad y Diversidad Cultural (República Dominicana), de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad (Ecuador), de la Nación Pluricultural (México), de la Descolonización (Bolivia), de la Resistencia Indígena, Negra y Popular (Nicaragua), de la Resistencia Indígena y la Descolonización de América (Venezuela).
Proyecto de performance surgido en el proyecto curatorial “NOW WHAT?!” de Fidel Barandiarán en el Centro Cultural Británico de Lima, Perú. Replanteado para ser ejecutado en cualquier territorio andino un 12 de octubre de cualquier año, a manos de una persona artista contemporánea con nacionalidad hispanoamericana, de lengua materna castellana y sin ascendencia originaria rastreable.
La ejecución consistirá en escribir/dibujar, a combazos y cincel en una pared de ladrillo y/o cemento, el rectángulo y la frase quechua chanka que aparecen arriba, dejando caer al suelo, sin limpiar, los restos de pared resultantes. La acción debe realizarse sin público presente y sin ningún efecto espectacular adicionado, así como sin registro en video. Debe realizarse en el contexto de una exposición de arte contemporáneo de marcado acento occidental.
Ñuqaykuqa manam valinikuchu (nosotros no valemos
La frase puede interpretarse como una declaración de carecer de poder simbólico, económico, político, social o cultural, tanto desde la perspectiva de la voz quechua (pueblos originarios ante el contexto del arte contemporáneo que les excluye), o por lo contrario interpretarse como una confesión de ser conscientes de que el arte contemporáneo ignora y niega las diversidades e identidades culturales y sociales de nuestras sociedades plurinacionales hispanoamericanas, considerando el cuerpo social que ejecuta, físicamente, la performance.


