Resumen generado por IA

Esta performance de correo electrónico anual subvierte la noción de performance como evento presencial, desplazando la acción hacia la esfera privada de la bandeja de entrada. Al enviar saludos patrióticos cada 27, 28 y 29 de julio, Santisteban infiltra la intimidad digital con la retórica estatal, problematizando la supuesta separación entre lo público y lo privado. La obra no celebra sino que contamina la celebración, haciendo visible cómo el nacionalismo coloniza incluso los espacios de comunicación personal. La performance reside en la incomodidad del receptor, en la imposición de participar en un ritual que no puede rechazar sin rechazar al artista. Felices Fiestas revela que la performance no requiere presencia física para ejercer violencia simbólica sobre el espectador.